miércoles, octubre 11, 2017

El timo de la estampita de Putschdemont.

Ayer escuchamos el temido discurso de proclamación de la república. No eran pocos los que lo esperaban ansiosos y deseaban ver fuegos artificiales con sus bolas a lo Catadisney o Portaventura. Algo curioso pues es algo que se pone al final de algo que ha sido bonito y no habla de lo que va después. Es algo que por lo general se hace al final del espectáculo para que después te des de bruces contra la cruda realidad al descubrir que no vivimos en un sueño.

Pusieron pantallas gigantes para retransmitirlo como si de un partido de fútbol se tratase, esas mismas que en su día La Colau decidió que no ponía para ver un partido de fútbol porque podía incitar a la violencia.

El acto empezó una hora más tarde de lo previsto, para que luego digan que no son españoles, pero por fin, una multitud pudo escuchar en catalán la deseada proclamación con la misma fórmula propuesta por la ley (suspendida) de desconexión.

"Llegados a este momento histórico, y como presidente de la Generalitat, asumo, al presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato de que el pueblo de Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república".

Nadie tuvo ninguna duda, los gritos de alegría entre los que miraban la pantalla, (que no eran tantos, se ve que no les habían pagado autobuses esta vez) confirmaban que efectivamente, el Pesidén había proclamado la república.

Pero cuando acabaron los aplausos continuó:

"Esto es lo que hoy hacemos con toda solemnidad, por responsabilidad y por respeto. Y con la misma solemnidad, el Govern y yo mismo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada."

Los gritos y los aplausos enmudecieron, la rabia de algunos le llamó traidor y aquellos que temían la declaración de independencia se relajaron, pero poco.

Todo parecía indicar que habían suspendido la independencia, yo mismo pensé que habían optado por la opción eslovena, pero no era exactamente así.

En la primera parte, como presidente, declara que el pueblo de Cataluña se convierte en un Estado independiente, pero en la segunda no habla como presidente, en su lugar PROPONE QUE EL PARLAMENTO SUSPENDA SUS EFECTOS, y ahí está el quid de la cuestión.

¿Votaron para suspenderlo?

No, ¿verdad?

 Pues en un alarde de prestidigitación, Putschdemont ha declarado la independencia, ha hecho creer que la ha suspendido y no lo ha hecho por lo que sin que nadie se de cuenta, ni tan siquiera sus seguidores, resulta que dicha declaración sigue en vigor y no ha ido todavía a la cárcel.

Los de la CUP se hicieron los ofendidos, muchos se hicieron los sorprendidos pero no hubo ninguna manifestación, supongo que todos sabían que el mago Picodelmonte acabaría sacando un as de la manga.

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