martes, octubre 31, 2017

El ardid bipolar del golpe.

Ayer, Puigdemont nos sorprendió con su aparente fuga a Bélgica, maldita la gracia que les ha hecho a muchos belgas, pero no nos confundamos, Bélgica vive una situación delicada desde hace muchos años. Yo diría que desde los tiempos de Flandes cuando ondeaba la bandera de los tercios en aquellos lares.

Bélgica es un país pequeño, pero administrativamente tiene dos regiones más o menos iguales, Valonia y Flandes que se reparten las 10 provincias del país y una tercera región que carece de provincias, Bruselas.

Aunque se asocia el frances a Valonia y el flamenco a Flandes, en Bélgica hay otra división por comunidades lingüísticas, para que luego digan que España es un país de funcionarios, y curiosamente hay tres comunidades. La francesa, la flamenca y la germana. Las dos primeras comparten capital en Bruselas y la tercera, en Eupen y habría una cuarta comunidad bilingüe franco-flamenca.

En Flandes existe un movimiento independentista como en Cataluña, claro que a ellos no les preocupa que les llamen de ultraderecha pues es lo que son. Es lo que en realidad conforma cualquier movimiento nacionalista que rechaza lo extranjero y aplica el principio del Yoyó. (No dar más de lo que se recibe y si se recibe más de lo que se da mejor)... yo yo yo... y solo yo.

Como en Cataluña también han creado un partido de izquierda marxista que haría las veces de la CUP en Bélgica. Estos están en Bruselas porque resulta que la región de Bruselas es a la vez la causa de la discordia y la de unión entre ambas regiones.

Flandes se quiere independizar, y los Valones les dicen... vale, idos. Pero Bruselas no está en el paquete y esa parte es la que no les hace gracia. El corazón económico del país es precisamente Bruselas y por otra parte ambas partes querrían quedarse con el estatus europeo... que es a fin de cuentas la razón por la que Bruselas tiene tanto poder económico. La independencia de ninguna región es muy complicada pero ello no quita que no haya una lucha por acabar haciendose con el poder en Bruselas que ha derivado en elecciones gubernamentales en las que se pueden llegar a pasar más de 500 días sin gobierno efectivo dandose la paradoja de que baje el paro y suban los salarios.

Puigdemont ha dicho que ha escogido aquel lugar porque es el corazón de Europa, así da más visibilidad y tal... pero esa situación tan peculiar de su país sirvió en su día a los etarras para esconderse en el mismo sin necesidad de pedir asilo político. Allí tenían más opciones para evitar ser extraditados cosa que seguramente busque ahora Puigdemont. Esa peculiar simpatía con los terroristas les ha salido cara pues ahora se han encontrado con que el terrorismo islámico ha campado a sus anchas por sus tierras y aquellos que pensaban que no eran objetivo de los terroristas acabaron probando en sus propias carnes cuales eran sus afinidades.

La aplicación del 155 y la intención de Rajoy de restaurar el gobierno de Cataluña a partir de las elecciones del 21 de diciembre, dejó temporalmente fuera de juego a los secesionistas. La independencia era inviable, pero si no abandonaban las instituciones democráticas españolas corrían el riesgo de desmovilizar a sus dos millones de seguidores incondicionales.

En primera instancia Puigdemont había probado a convocar él mismo las elecciones, pero las críticas del nacionalismo le hicieron ver que esa medida aparecía como un retroceso en lo conseguido, que era mejor que lo convocase el Gobierno de España tras seis meses de suplicio por los problemas que preveían provocar a la aplicación del 155. Iban a ser meses de huelgas, movilizaciones y bloqueo civil e institucional para hacer ver a la comunidad internacional que no había otra opción que la independencia... querían lanzar el mensaje de que si no hay otra opción les acabarían aceptando independientes para evitar males mayores.

Sin embargo, la intrusión del 155 en Cataluña va a ser mínima, la intención es la de desbancar al nacionalismo de su mayoría de escaños (votos ya son más por mantenerse en España) y confiar en que el gobierno resultante tome las medidas que el gobierno central no puede tomar por efecto de la propaganda Goebbeliana del golpismo nacionalista.

El nacionalismo, para responder al desafío,  necesitaba convencer a sus correligionarios, así que además de volver a aparecer en la TV y en los medios de toda Europa, consigue anunciar que se van a presentar a las elecciones autonómicas sin que su empuje secesionista se resienta por constatar que no son un pais independiente ya que al mismo tiempo proclama que la declaración de independencia sigue vigente con un gobierno activo en el extranjero.

Puigdemont se dirige a sus secesionstas y les llama a votar en unas elecciones autonómicas con la excusa de convencer al mundo de que son más. Si pierden no pasa nada... la independencia de la república bananera virtual de Cataluña sigue en vigor, y si ganan, pueden decir que el gobierno resultante no es otro que el constituyente de la república que seguirá ejerciendo como región de España en tanto y cuanto no consiga los apoyos internacionales y económicos necesarios.

Por otra parte, el planteamiento de las elecciones se hace con la intención de conseguir el mayor número de escaños. Por un lado ERC luchará por la mayoría de los votos independentistas actuales y seguramente pueda vender que se trata de la fuerza más votada. La CUP como antisistema, seguirá reuniendo sus votos anarquistas, marxistas y anticapitalistas de siempre sin ninguna variación aunque al aumentar la participación perderá representación y el PDeCAT se presentará con el discurso de la moderación, será Santi Vila que renunció hábilmente quien liderará la formación para intentar recuperar el voto de los que se asustaron por la independencia sin red de seguridad. Su intención es que no se escapen los votos de aquellos que se dieron cuenta de que todo era un engaño pero que se creerán las promesas de una opción escocesa pactada... aunque en el fondo solo pretendan pactar con ERC.

De alguna manera la victoria depende de dos o tres escaños, salvo por lo que pueda pasar con Podemos. Su formación se ha descalabrado a nivel nacional y sus escaños en Cataluña  son una incognita como la intencionalidad de sus votantes, por ello el resto de partidos no independentistas  tienen la difícil tarea de recuperar 16 escaños o más para asegurarse la gobernabilidad.

Esto solo se consigue con una movilización masiva a las urnas, porque ahora ya sabemos que los independentistas siguen movilizados y seguramente, lo estarán en su máximo grado cuando antes de las elecciones, su presidente acabe en manos de la justicia o en todo caso, no pare de intentar vender su nuevo mensaje. Ahora que no tiene imágenes de policía, venderá una y otra vez los 600 años de cárcel que le quieren poner a él y a sus amigos... por sus ideas, llamando a ocupar las calles en cada momento en el que la causa parezca perder fuelle y seguramente estará dispuesto a volver a España para llegado el caso, volver a captar violencia policial.



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