jueves, octubre 29, 2015

La ecología de Alemania, Volkswagen y la doctrina Abu-Ghraib.

He vivido bastantes años en Alemania, mi coche, un peugeot 306 no cumplía con los requisitos de contaminación y teníamos una pegatina roja que me impedía entrar en muchas ciudades.

Casualmente tenía conocidos que tenían esa pegatina en color verde en sus golf y passat, eran más nuevos que mi coche así que probablemente contaminaban menos... o no.

En su día me llamó la atención la medida de la pegatina de colores, la mayoría de los alemanes viven fuera de los núcleos de las ciudades en las que la circulación estaba limitada por contaminación pero al menos donde yo vivía la mayoría de la gente no utilizaba el transporte público, más que nada porque para cogerlo tenían que salir en su propio coche para poder llegar a una parada y aparcar podía ser más caro que simplemente continuar el viaje en el mismo coche.

Para entrar en las ciudades, todos los alemanes que conocía iban en coches más nuevos, el incremento de los impuestos cuando el coche alcanzaba cierta antigüedad invitaba a cambiar de coche, era más rentable que ir en transporte público. Después resultaba curioso que son muy dados a coleccionar tractores y vehículos viejos para salir a pasear los fines de semana. Contaminar para no ir a ningún sitio.

Sobre esto ya hablé hace unos cuantos años en la química económica de la contaminación, la persecución del coche contaminante para reactivar la industria y por ende, contaminar más, sonaba a teoría conspiratoria.

De alguna manera parece que me quedé corto, no solo se perseguía al que contaminaba, sino que se diseñaba el vehículo nuevo para que engañase al decir lo que contaminaba. Es decir, vendían más coches con la escusa de que contaminaban menos (sería digno de estudio si se contamina más o menos por no hablar del derroche en materias primas al fabricar coches para que una familia cambie de coche cada 5 años o que el mismo dure 20 y no cambie más de una vez de coche) para resultar que ni tan siquiera era cierto que contaminasen menos.

Suponemos que otras marcas no hacían las mismas trampas por lo que desde luego los que sí las hacían se encontraban en situación de ventaja. También me pregunto si el mismo dispositivo permitía que el mismo entrase en obsolescencia al hacer que el vehículo contaminase más pasado un tiempo forzando a que tuviera problemas para pasar la ITV y por tanto a que se vendieran más.

Pero les han pillado, uno podría pensar que con ello se reducirá la contaminación... pero no. Aquí entra la doctrina Abu-Ghraib, aquella que pudieron inventar los asesores de George Bush cuando salió el escándalo de los vídeos de palizas y vejaciones a prisioneros en Irak, la solución no se habría dirigido en el camino de atajar los abusos, sino en el de prohibir la grabación de los mismos en vídeo.

Pues ahora, en la misma linea, la solución no implicará la prohibición de circulación de aquellos vehículos que contaminan... ahora también alemanes, sino en relajar la legislación en cuanto se puede contaminar. Leido aquí, para que luego digan que son ecológicos.

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