miércoles, diciembre 24, 2014

Historia de una conversión.

No creo en nada. Ciertamente hubo un tiempo en el que más que creer en Dios, pedía como tantos y tantos otros por mejorar mi paso por la tierra. A fin de cuentas fui criado dentro de la fe católica y aunque no fue elección mía, tampoco creí nunca que pudiera oponerme, ni tan siquiera se me ocurría como opción así que además de ser bautizado, parece que hay fotos que lo prueban, también atendí a catecismo para poder hacer la primera comunión. La catequesis fue la primera ocasión en la que realmente alguien pretendió que aprendiera algo de memoria, nos pasábamos el tiempo leyendo una y otra vez para repetir como un mono lo que en aquel libro de texto ponía. No era la Biblia porque no era tan gordo pero en todo caso me parecía un soberano tostón que no aprendí pero no se si debí copiar en el examen o aprobaban a todo el mundo pues recibí mi trozo de pan como el resto... no así el vino que por otra parte no sentía el menor interés por probarlo ya que lo de que se convirtiera en sangre me daba grima.

De pequeños íbamos a misa los domingos, ya lo he dicho alguna vez pero cada vez estoy más convencido de que era más la voluntad de mi padre de no contravenir a mi abuelo que una cuestión de creencias católicas. Un día dejamos de ir y se cambió la iglesia por el pabellón polideportivo donde veíamos al equipo del pueblo del que mi padre fue por algún tiempo el presidente del club.

Mi abuela intentó un tiempo después recuperarme para la causa, me contaba historias de como sus santos favoritos Santa Gema y otro del que no recuerdo el nombre habían salvado a mi padre cuando sufrió una meningitis cerca de los 30 años de edad.  Según decía, los médicos lo habían desauciado.

Por desgracia cuando le diagnosticaron la leucemia mi abuela ya llevaba muerta unos años y nadie recordó pedirles el milagro a los santos por lo que no pudo superar la enfermedad. Bueno, en realidad sí hubo quien rezó y se confió a la divina providencia para que le salvase ya que debo ser el único que dice abiertamente que no cree en nada en mi familia. Alguno sigue con toda la parafernalia del catolicismo y de hecho sigue sus preceptos dominicales, otros son bastante más relajados en sus creencias pero por lo general no han dejado de creer en "algo", serían deístas como lo fue Cayetano Ripoll hace poco menos de 200 años.

Ya he contado alguna vez como me pagaba mi abuela el tbo al salir de la iglesia, definitivamente era un cristiano tipo que no dejaba de ir a misa por el interés, otros lo hacen por la vida eterna, el perdón de los pecados o pedir el mal a sus enemigos... yo era más simple, lo hacía por el tbo y cuando dejó de haber tbo, dejé de ir a misa.

Aún así, todos mis amigos, fueran o no fueran a misa, seguían dentro de la secta y cuando tocó entrar en la confirmación (algo así como la catequesis pero a lo bruto durante más tiempo) me postulé en que solo me confirmaría si iba a las clases con mis amigos. Mis padres se habían cambiado de casa y ya no me correspondía la misma parroquia.

Recuerdo a mi madre discutiendo con el cura, pero al final le debió convencer y un par de días por semana íbamos a los luises a clases de buenos cristianos.

El día de la confirmación no apareció el padrino así que me quedé sin esa foto ya que una de dos, o el fotografo no la hizo o mi madre no la compró, pero habría sido una foto curiosa a añadir a este post pues habría aparecido un cura en su lugar.

En el instituto yo iba a clases de religión aunque nuevamente fue una elección por costumbre. Eran muy pocos los que escogían ética como alternativa, por aquel entonces no se me ocurría pensar que en religión no se enseñaba ética y con tanto religioso por el mundo, la ética brilla por su ausencia.

El cura que nos daba religión no consideraba la opción atea como rival, no había nada que pudieran hacer o demostrar, para él, eran tan creyentes como él pero en la creencia equivocada ya que afirmaba que no podían demostrar la no existencia de Dios y que para ello solo se podían basar en la fe... en su argumento los ateos tenían fe, y la fe era el principal argumento a favor de la existencia de Dios, por tanto si los ateos tenían fe, los ateos creían en Dios aunque no lo supieran.

Para un chaval de 15 años, el argumento parecía creíble. El cura atacaba entonces al principal enemigo de la fe. La indiferencia, la única opción contra la que la religión no podía luchar... y por tanto, me hice indiferente.

El agnosticismo postula que no se puede afirmar nada sobre la existencia o no existencia de Dios, lo deja en suspenso, ni cree ni deja de creer. El indiferente va un poco más allá y además dice que no le importa, que le da igual pues no habrá diferencia entre que exista o no.

No deja de resultar curioso que mi primer contacto con la falta de religión se debiera precisamente a una clase de religión. Mi entorno seguía siendo religioso light, pero religioso. Así que se puede decir que entonces yo creía en algo pero totalmente ajeno a cualquier religión pues lo único que tenía claro era que todo lo que se había anexado a aquella creencia era todo falso y la prueba era la existencia de tantas y tantas religiones distintas con distintas creencias. ¿Porqué iba a ser la mia la única religión verdadera? ¿como era que Dios no había iluminado del mismo modo al resto? ¿Que pasaba con todos aquellos a los que no había iluminado hasta hace 2000 años? Así que quedó dios y prescindí de la religión.

Después vino cuando analicé en que consistía creer en dios, era algo así como buscar un responsable de todo, las enseñanzas católicas no dejaban de estar en el fondo así que si creía que Dios había hecho el mundo, también era el responsable de que fuera como era. Las películas muestran siempre a un Dios enfrentado a un Diablo, con el mundo real bajo el dominio del segundo y el espiritual... bueno la mitad buena con Dios.

Era una especie de guerra eterna que se disputaba el alma de cada persona en función de su paso por la tierra... lugar que por otra parte tenía mucho más parecido al infierno que al cielo.

Entonces, todavía deista, consideré que efectivamente sí había existido una guerra entre el bien y el mal. Pero como en toda guerra, la historia la escriben los ganadores y por tanto los "buenos". Así que en vista del resultado de la guerra, llegué a la conclusión de que en dicha guerra había ganado el mal y había decidido cambiar los nombres a los actores.

Entonces empecé a considerar la opción atea, no tenía referencias, pero aún dentro de mi "indiferencia" llegué a la conclusión que si de existir Diós, este es en realidad el malo que gana en la pelicula, prefería no creer en nada.

Y llegó Carl Sagan con Cosmos, la serie la había visto con anterioridad pero no recuerdo cuando vi por primera vez sus argumentos en contra de la existencia de Dios. De hecho más que demostrar que no existe, lo que demuestra es que la hipótesis de su existencia no era necesaria. Laplace le indicó algo similar a Napoleón.

Como dijo el cura, es básicamente imposible demostrar que no existe, pero la razón de esa imposibilidad estriba en su propia inexistencia. Resulta imposible demostrar que no existe lo que no existe. Sería como asegurar que existe una tetera cósmica dando vueltas en la via lactea, como no se puede demostrar su inexistencia, ¿existe?

Así que no aseguro que no exista, solo puedo afirmar que los indicios que tenemos hasta la fecha me indican que no. Me resulta más creíble que nos visiten los extraterrestres aunque también considero que es mucho más probable que esto último ocurra cuando ya no quede vida sobre la tierra y los estudios que realicen esos extraterrestres no puedan ni tan siquiera asegurar que alguna vez hubo tal cosa llamada vida sobre la tierra.

Así que ahora, de la religión, solo me quedan los chistes que pueda hacer sobre la misma, y aunque seamos menos los que no creemos en dios, es bueno que otros que no creen no se sientan solos. Somos menos, pero somos muchos.


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