domingo, diciembre 28, 2014

El poder de la propaganda.

Al final de este artículo menciono los once principios de la propaganda, ya lo hice en otra ocasión pero es que no hay momento en el que no me percate de que nuestra querida democracia está contaminada desde la raíz por la ideología nazi y su propaganda que sería bueno no olvidar todo lo que hicieron a modo de comprobación de que el fin no justifica los medios.

Es fácil encontrar ejemplos de uso de los principios de la propaganda nazi, hoy me ha sorprendido un titular del Mundo que indica que el 29 por ciento de los habitantes de las ciudades preferirían que se cobrase por acceder en vehículo privado al centro de las mismas.

La noticia se amplia indicando que un 59 por ciento está en contra de dicha medida y del diez por ciento restante no se dice nada, pero el titular es el 29%.

Curiosamente la noticia no es nueva, es algo que se repite, algo que se renueva (principio 7), basta buscar en google cobrar por acceder al centro para percatarse de ello.

¿Que interés puede haber en que se cobre por acceder al centro de las ciudades?, la fuente de la noticia puede dar una pista, aunque se aplique el principio de verosimilitud y sea fácil encontrar varios orígenes de la noticia, en realidad la fuente es única y la genera una empresa de gestión de Flotas de Renting. ¿Pagarían los autobuses y los servicios públicos por ese acceso?, seguramente no, y por tanto sería un argumento más para utilizarlos. El origen de la noticia es parte interesada.

Son menos los que optarían por cobrar por dicho acceso pero no salen los términos de la encuesta. Si a un residente le dicen que habría que cobrar a todos los demás y que así tendría más aparcamiento, seguramente entraría en ese porcentaje al igual que todos aquellos que nunca acceden al centro o ven muy difícil hacerlo en medio privado. Esto entraría en el campo del principio de la vulgarización ya que se intenta insertar en la conciencia popular que sería mejor que se cobrase por dicho acceso, resulta fácil decir que así se contaminaría menos por poner un ejemplo, cuando en ningún sitio se menciona que dicho dinero se fuera a utilizar en potenciar y abaratar otros medios de transporte.

Curiosamente, las ciudades más probables para establecer esas flotas, son las que dan estadísticas más altas. Barcelona y Madrid.

En Bilbao parece que consideran más absurdo el imponer dicha tasa, pero a una empresa de alquiler de vehículos no le interesaría alquilarlos en una ciudad en la que la gente ya no va en coche al centro. La tasa, aunque no la prefieran, ya existe al ser practicamente imposible acceder al centro en vehículo particular o alquilado porque el aparcamiento es caro y escaso.

Si el transporte público fuera gratuito para todos los habitantes de una ciudad, es indudable que habría más gente que no utilizaría el vehículo privado, entonces es posible que por utilizarlo poco, habría más gente que optaría por alquilar el vehículo en las ocasiones en las que lo necesitase. Pero claro, se venderían muchos menos coches, la economía del automóvil sufriría una recesión e incluso se reducirían los consumos de carburantes... al planeta y a todos sus habitantes le interesa... pero a los poderes económicos, esos que rigen el destino del planeta no.

Así que le recomiendo a todo el mundo aprenderse los principios de la propaganda nazi, más que nada para aprender a identificarla y en cualquier caso, al leer cada noticia preguntarse quien gana por lo que en ella se predica, a veces no está tan claro.



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Goebbels -
 Los once principios de la propaganda:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. 
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. 
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

4.- Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización.
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

6.- Principio de orquestación.
 La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

7.- Principio de renovación.
 Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

9.-  Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.-  Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. 
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

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