domingo, mayo 18, 2014

Perdiendo el norte.

Ya son dos los detenidos por incitar a la violencia, no he visto lo que han hecho o dicho pero en cualquier caso hablaban de alguien que ya ha muerto. Por ello supongo que no se les acusa de amenazas ya que hay que ser muy creyente para creer que le pueda afectar ninguna amenaza.

La amenaza es a los vivos y es fácil ponerse en el pellejo de unos cuantos para pensar que las cosas pueden acabar yendo más bien mal. En los tiempos de Robespierre no existía twitter ni facebook, el boca a boca, la charla de cantina o de frontón separó 15.000 cuerpos de sus cabezas. En aquel entonces la cinta americana no había cruzado el océano así que no tenían medios, ni cárceles suficientes para meter a todos aquellos que hablaron de ajusticiar a aquellos a los que consideraban responsables de todos sus males.

Confiamos en que hayamos avanzado lo suficiente para saber que tomarse la justicia por su mano no es una opción, que el hecho de que alguien desee el mal a otro, ya sea porque salgan a la luz las maldades de ese otro o porque se las imaginen no tiene porqué provocar que otros acaben tomando la bandera de la justicia personal... bueno, igual no todos tienen la misma confianza en que la sociedad haya madurado para no dejarse engañar por aquellos que intentan manipularlos.

Las personas son manipulables, es algo que probablemente empezó en la prehistoria y que sin dudas siguió en toda su historia y seguramente durará hasta que no haya historia que contar. Los oligopolios, las plutocracias y la inmensa mayoría de las -cracias e -ismos, han basado su poder en su capacidad de manipular al resto en beneficio de unos pocos.

La primavera árabe nació de esos comentarios en las redes sociales, por eso ahora dan más miedo que los comentarios de calle de la revolución francesa, será que ya hay tantos comentarios en la red que nadie sabe cual será aquel que desborde el vaso, igual resulta que el que lo consiga sea un comentario de bar y a esos aún no los persiguen.

Sinceramente pienso que nuestra clase dirigente está perdiendo el norte, en realidad lo perdió hace ya mucho tiempo.  Cuando eran solo ellos los que lo perdían el resto iba detrás, también sin norte. Pero ahora parece que cada cual tiene su propio norte y el conjunto no se dirige a ninguna parte por lo que hay muchos que pueden convertirse en guías de las multitudes perdidas.

Perseguir el comentario en las redes para evitarlo es equivalente a pescar tiburones con un cuchillo desde un flotador e intentar regular los comentarios es algo así como decirle a los tiburones que se dejen clavar el cuchillo sin morder.

Este país tiene la particularidad de producir chistes a los cinco minutos de ocurrida la desgracia, la inmensa mayoría no tienen ninguna gracia porque de alguna forma anula la empatía que en condiciones normales se provoca al divulgar la noticia. Confundir el mal gusto con apología de la violencia demuestra poca confianza. Por desgracia, igual tienen razón en tener poca confianza, y lo que es peor, igual resulta que el remedio es peor que la enfermedad.

Si consiguen que nadie pueda escribir mal sobre cualquier otro, ya no digo amenazando directamente a una persona que ya es delito y no hace falta regularlo, si consiguen que escribir no siguiendo el dictado oficial sea delito, dentro de unos años se podrá decir que "antes esto no pasaba"... igual que se dice ahora de los tiempos de Franco, pues no es que con Franco no sucediera lo mismo, es que no había Twitter ni redes sociales, y al que hablaba alto, lo silenciaban. Aunque por cierto... Franco ha muerto, y la dictadura también...


O no... vete a saber.

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