jueves, septiembre 08, 2011

Pensamiento


Somos dueños de la felicidad de los que parecen más felices, y esclavos de las desgracias de los que lo parecen menos.

El rico sabe que lo es porque existe el pobre, depende del pobre para serlo y de alguna manera, el pobre es dueño de la riqueza del rico ya que si dejara de ser pobre, si no hubiera nadie más pobre que el rico... el rico, sería el pobre.

El hombre siempre ha necesitado de otro que estuviera peor que él y otro que pareciera mejor para oscilar permanentemente entre la felicidad y la infelicidad.
Si siempre estamos escuchando el mismo sonido, oliendo el mismo olor al final el cerebro acaba eliminandolo de la secuencia pues no incorpora nada nuevo, nos acabamos acostumbrando y por tanto dejamos de disfrutar por ello.



 

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