sábado, agosto 20, 2011

De catolico de nacimiento a ateo por convencimiento.

Cuando nací me criaron en la fe católica para no contrariar a mis abuelos, fui bautizado, estudié en un colegio de curas, tomé pasteles vestido de marinero en el día de mi comunión recibiendo una paga extra para subir en las atracciones de feria, fui a misa con mi abuela porque me compraba un tebeo a la salida y mi padrino se olvidó de venir a mi confirmación después de haber estado preparándome para la misma durante más de un año.

Nunca me sentí especialmente religioso, algo no cuadraba en todas las enseñanzas y cuando mostraba mis dudas me ganaba las críticas del resto de los confirmandos porque en ausencia de preguntas la sesión de lavado de cerebro duraba menos y podían ir al kiosko de enfrente a escaquear alguna revista en la que se vieran mujeres en pelotas... yo nunca me atreví a escaquear ninguna pero miraba las revistas con la misma cara de pasmo que todos los demás, supongo que ello me convertía en culpable como a todos ellos pero ahora me imagino a alguno de ellos protegiendo los valores de siempre y no puedo menos que esbozar una sonrisa.

El colegio al que iba era además seminario, pero nunca tuve constancia, ni por mi, ni por terceros de que allí se hubiera cometido ningún abuso sexual con algún alumno. Sí los hubo de maltrato, la vara de bambú, o la regla de madera eran herramientas habituales al menos durante los primeros años, estamos hablando de mediados de los 70 así que no creo que fuera tan distinto de otros colegios más laicos. De hecho, los profesores más aficionados a la medicina de torta no eran religiosos así que puedo afirmar que no tuve ninguna experiencia traumática con la religión y son muchos los religiosos que me han parecido buenas personas a lo largo de mi vida y muy pocos, por no decir ninguno, los que pueda considerar malas personas. Igual no me caían especialmente bien... pero para eso, no hace falta que sean curas, monjas o frailes.

Nunca dudé de la parte histórica de la biblia aunque las historias de milagros y hechos extraordinarios entraron rápidamente en mi conciencia de lo irreal, esa a la que pertenecen también los dragones, los magos, las hadas, los zombies y los unicornios azules... bueno, en realidad hace ya tiempo que situé la parte histórica al mismo nivel que los hechos narrados en la odisea de Homero. Que hayan pasado unos cuantos siglos desde que se escribió no da más veracidad a que Ulises se tapase los oídos para no escuchar a las sirenas. La historia tiende a reescribirse... las leyendas y los cuentos, no.

Tardé en cuestionarme la existencia de Dios, la verdad es que nunca tuve ninguna necesidad de hacerlo. En una clase de religión del instituto, el profesor, un cura ¿como no?, hablaba de las distintas religiones del modo que lo haría cualquier agnóstico y salvo en el caso de algunas sectas cristianas a las que quitaba todo crédito, las demás las justificaba porque consideraba que el Dios del que hablaban es el mismo. El autentico enemigo para ese religioso no eran aquellos que creían en otras religiones, ni tan siquiera los ateos a los que consideraba igual de creyentes por su capacidad de creer en la no creencia... eran los indiferentes, aquellos que no tenían necesidad de creer, aquellos que ni creían ni dejaban de creer, no se si dios existe, pero me da igual... indiferente, y aquel día, un cura me iluminó sobre mi creencia. Me había convertido al indiferentismo.

Con el tiempo me casé, y lo hice por la iglesia para no contrariar a nadie, inscribí a mis hijas en la secta al bautizarlas porque era una ocasión para reunir a la familia siguiendo la costumbre de hacerlo para bodas, comuniones y bautizos. Católico... según lo escrito, pero no creyente que otros lo camuflan de no practicante... lo único que me diferenciaba del ateo era considerar la posibilidad de que existiera algo, de todos modos no estaba bien visto decir que no creías en nada, afirmar que se es ateo parece dar la opción a todas las sectas para intentar capturarte para sí.

El que no es católico es malo... no tiene valores... son mensajes que se reciben ahora con la nueva visita del Papa a España, tengo las mismas dudas sobre la existencia de dios que las que pudiera tener sobre la existencia de los unicornios azules, pero de existir ambos, se que el segundo sería un animal perseguido y el primero un malvado.

De todos modos lo que sí tengo claro es lo falso y absurdo de la parafernalia que se ha generado a su alrededor: vaticanos, mecas y otros lugares santos no tienen más santidad que una piedra... de hecho es lo que se venera en uno de ellos. Pero parece que el hombre tiene necesidad de creer, sería bueno que creyese en sí mismo para variar, pero son muchos los que no tienen fe en el hombre y la derrochan en el más allá. Supongo que no pueden soportar la increíble levedad de la existencia individual, no le encuentran sentido y necesitan perpetuarse, puede ser que la fe les sirva para dar respuestas a preguntas que no necesariamente se responden con una única respuesta, de ahí la crítica del Papa al relativismo y por ende a toda forma de ciencia. Estos últimos olvidan que en los 2000 años de existencia de los cristianos como extensión del judaísmo (los católicos existen desde hace bastante menos) se han ido dando respuesta a muchas de las preguntas que solo se contestaban por medios divinos... la ciencia no tiene todas las respuestas... pero ahí está el matiz, reconoce cuando se equivoca y se replantea tanto las preguntas como las respuestas. Todo es relativo a la respuesta anterior, a la pregunta anterior... y el catolicismo o cualquier otra religión hace mucho tiempo que dejó de dar respuesta válidas a ninguna pregunta... todo quedaba para después de la muerte... vaya alivio.

Pero tengo claro que nadie es peor por no ser católico, no se tienen peores valores por carecer de creencias y cada vez que vea que se derrocha dinero para afianzar las creencias de los que creen e intentar minar la no creencia de los demás, solo me convencerán de que el dios misericordioso y justo del que tanta gala hacen no existe.

Algunos lo llaman libre albedrío para justificar a su dios, curioso, cuando se supone que todo lo sabe, lo pasado y lo que ha de pasar... determinismo en una palabra, que viene a significar todo lo contrario al libre albedrío.

Y yo me pregunto, si todo lo que saben sobre Dios es una cuestión de fe ya que no es porque Dios se lo halla mostrado... ¿porqué mi convencimiento de que no existe no entra en la misma categoría y en realidad la nada absoluta me ha mostrado su profunda inexistencia?

En cualquier caso, si hubiera de creer en algo creería en la iglesia del culto al no elegido que para eso la he fundado yo mismo y creo en sus dogmas. A fin de cuentas, las religiones no tienen nada que ver con creer o no en un Dios sino en los dogmas que unas personas han creado en base a la supuesta existencia del Dios al que dicen rezar. Uno está de acuerdo o no con las normas que hace mil años se inventaron unos pocos encapuchados para justificar una jerarquía y sus riquezas y en las manifestaciones multitudinarias de seguidores del vaticano se demuestra que son muchos los que creen... así que durante muchos años seguirán recibiendo donativos para seguir haciendo proselitismo. Las bulas se siguen comprando... aunque ahora, en lugar de asegurar un puesto en el cielo, aseguran una reducción fiscal... que igual no es lo mismo pero es mucho más práctico.

2 comentarios:

Titajú dijo...

Pues yo, que crecí y me crié en un colegio público de pueblo, no recibí jamás un reglazo en una mano, ni una bofetada. Supongo que sería porque tenía buen comportamiento, porque sí que los vi, y los que vi me parecieron más que merecidos.
Me gusta la gente buena de cualquier religión, aunque no tenga ninguna.
Y no le tengo miedo a la muerte ni creo en un dios que me alargue la vida en el más allá.
Creo en Dios porque creo en la justicia, y si la justicia no llega en esta vida, llegará en la otra.
En fin, ya lo dijeron otros antes que yo:
"No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por ello de ofenderte".
No esto siguiendo la visita del papa, pero me llegan cosas de mi familia, que lo ve por tv. Y me dicen que hay grupos que se manifiestan y les pegan y les insultan por el hecho de creer; y me dicen que llega gente de todo el mundo y se ayudan unos a otros.
No lo sé, no estoy y no lo veo. Pero sí he visto a gente de todo el mundo ayudarse unos a otros sin preguntar por el credo que profesas, esa es la gente en la que creo.
Yo creo en Dios y soy católica, pero soy católica por el mero hecho de que me educaron en esa religión, que considero tan buena como cualquier otra, siempre que no se lleve a extremos. No puedo con el Opus Dei, lo mismo que no puedo con los judíos ortodoxos y con los talibanes.
¡Ah! Pero bueno, no importa. Soy ama de casa por vocación, de derechas por convicción así que lo normal en estos casos es ser católica, ¿no?

Outsider dijo...

Pues no se, no me gustan las clasificaciones grupales, hay curas de izquierdas y no dejan de ser curas así que me imagino que habrán amas de casa de todo tipo aunque eres la única que conozco que lo es de vocación, o que dice serlo...

Yo debía ser malo de pequeño, si vi la regla, el bofetón, el tiron de pelo por encima de la nuca y más. Supongo que alguna vez me lo merecía, en otras, era solo un síntoma del tiempo que viviamos, porque para ponerme la mano roja con una marca bastaba no hacer los ejercicios en casa o hablar en clase. Aún así, no considero que la educación que recibí fuera tan mala como para marcarme de por vida, no creo que halla necesitado de ningún psicologo aunque hay quien asegura que de pequeño debía ser algo hiperactivo y que el resultado habría sido otro con la educación adecuada... no se, siempre es fácil hablar a toro pasado así que considero que soy como soy, porque soy simplemente así. ¿Podría haber sido mejor?, seguro que sí, pero aunque no creo haber hecho nada excepcional en esta vida, la balanza de la autoestima sigue a mi favor.