martes, octubre 21, 2008

Mi club privado.


Hoy le ha tocado el turno a un par de mitos… aquel que habla de la picaresca española para todo y el otro que reza de la rigidez normativa de otros países. En particular Alemania y su “todo según la norma…” representado por una cabeza cuadrada…

Vivimos inmersos en la moda de ataque y persecución del fumador que hace que sea el responsable de todos los problemas de salud del mundo mundial, (el resto de contaminantes lo son… pero menos… ya que sería curioso que de repente prohibiesen la circulación de vehículos por locales cerrados y que reservasen solo un área para no contaminar a aquellos que dejan sus bicicletas en el garaje).

Esta moda hace muy difícil encontrar sitios donde comer y fumarse un cigarrito, aunque hay comunidades donde esta Ley, como es de otro gobierno, como que es una ley en minúscula a la que si no se hace caso no pasa nada. Sin embargo la tónica es la de cumplirla… al menos en España, y por lo que he visto, en Holanda.

Sin embargo, en Alemania, donde dicen que la norma es mucho más estricta, me he encontrado un par de locales en los que han interpretado la norma y han decidido convertir sus locales en clubs privados, donde por el parecer, al menos en Alemania, se puede permitir fumar no entrando en las cuestión de si se trata o no de un lugar de trabajo… (del camarero).

Y ahí está la picaresca, ¿Cómo se hace uno socio de uno de estos locales?. Fácil, al entrar dices que quieres entrar, y entras…

En este te dan un carnet, pero hay otros en los que han puesto una puerta con timbre que ya de paso les ahorra dinero en calefacción, tu llamas, te abren, te observan y te hacen socio reservandote una mesa… tela.

Lo más curioso es que son restaurantes, es una pena que no llevase un teléfono o cámara para hacer la foto, porque en la carta había un apartado con los precios de los puros que vendían.

En fin... ni son tan cuadriculados, ni tan legales.

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